Avistamiento de delfines en las Landas

Si quieres pasar un día inolvidable, dirígete al Puerto de Capbreton y sube a bordo del catamarán Xcat’ con el capitán Franck y su segunda oficial, Natacha. Disfrutarás de un  magnífico entorno: a un lado la inmensidad del océano Atlántico, al otro la costa de las Landas y un poco más al sur la cordillera de los Pirineos.

Para empezar: entender mejor el ecosistema marino con el Gouf de Capbreton

Mucha gente no sabe que el pueblecito de Capbreton, en la costa sur de las Landas, se encuentra frente a uno de los mayores cañones submarinos de Europa. Situado en el Golfo de Vizcaya, el Gouf comienza en el puerto de Capbreton a 50 metros de profundidad para hundirse a más de 3000 metros. Equiparable al Gran Cañón del Colorado, tiene nada menos que 270 kilómetros de longitud.

Inevitablemente, tal especificidad geológica da lugar a una rica biodiversidad, tanto en términos de flora como de fauna marina. En las profundidades encontramos, por ejemplo, el pez luna, el pez remo gigante y el legendario calamar gigante (¡no teman, esta especie vive a 500 metros de profundidad!). La abundancia de peces atrae, por tanto, a los delfines.

Observación de delfines: ¡los comunes son los más juguetones!

Franck y Natacha conocen muy bien estos animales. En primer lugar, os contarán se pueden observar dos especies de cetáceos frente a Capbreton:

• Los delfines mulares: son la primera imagen que se nos viene a la cabeza al pensar en delfines (debido sobre todo a la serie de televisión Flipper). Se les reconoce por su característica “sonrisa”.
• Y los delfines comunes, que conocimos el día de la observación: son más pequeños y sociables que los delfines mulares. Como se puede ver en las fotos, son de dos colores: la parte dorsal es de color gris azulado oscuro, mientras que en los costados tienen dos grandes manchas claras.

Franck habla de estos cetáceos con auténtica pasión, rozando incluso la admiración. Más allá de la simple observación de estos mamíferos marinos en su entorno natural, aprenderás más sobre su forma de vida: alimentación, adaptación al medio, reproducción, sueño… (Y es que, si necesitan respirar, ¿cómo se las apañan para dormir?).

A los delfines les encanta la estela de los barcos pues pueden surfear las olas con más facilidad. En palabras de Franck: “son ellos los que se acercan a nosotros de forma natural, buscando interactuar”. Así pues, podrás verlos muy de cerca, fijarte en su mirada curiosa y oír claramente sus silbidos – ¡Qué emoción!

Podrás incluso nadar (o casi) con los delfines

¿Buscas una inmersión total y vivir una experiencia intensa? ¿No te da miedo la profundidad? Entonces opta por el “nado a remolque” detrás del barco. Una gran oportunidad para surfear con delfines. Un cristal te permite observar las decenas de delfines que ondulan bajo la superficie del agua, es decir, debajo de ti. ¡Simplemente mágico!

Al final, una sensación única de inmensa gratitud hacia la naturaleza y los pequeños y grandes espectáculos que nos ofrece

Nota: a veces es posible avistar delfines desde las playas landesas. Las ocasiones son escasas pero espectaculares. Mantén los ojos bien abiertos la próxima vez, ¡nunca se sabe!