Labastide-d’Armagnac es la joya de las Landas y uno de los pueblos más bonitos de Francia. Este pueblo despliega sus encantos alrededor de la plaza mayor entre casas de entramado de madera, columnas y soportales. Una imponente iglesia fortificada remata el conjunto.  Disfruta de este ambiente único en una de las terrazas de la plaza, a no ser que prefieras ir al Tortoré, una cafetería situada unas calles más allá, abierta en 1885 y a la que merece la pena acercarse tanto por su caché como por Colette, su inimitable encargada. Talleres de artistas y otras curiosidades se intercalan en las calles medievales, como un templo protestante edificado en 1607, hoy transformado en espacio expositivo. Labastide-d’Armagnac forma parte además de la red mundial Cittaslow, que aglutina a ciudades con un ritmo de vida sosegado. Al salir del pueblo en dirección a Gers, se erige la Capilla de los Ciclistas, templo nacional dedicado a los amantes de la bicicleta, en cuyas paredes se exhiben numerosos maillots de ciclistas campeones.

Armagnac en fête